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martes, 21 de febrero de 2012

R:. E:. A:. A:. LAS LUCES, SU INTERPRETACIÒN, SU SIMBOLISMO

TEMA10
La palabra luz, tiene variadas acepciones, principalmente cuando se habla en el sentido figurado; puesto que se refiere o manifiesta, infinidad de ideas y pensamientos que surgen esencialmente de la interpretación emblemática o simbólica que se le atribuye; por ese motivo, hemos visto que se aplica en diferentes formas, según la expresión o el significado de determinadas acciones. consecuentemente, en materia de simbolismo, la voz luz indica, en primer término, a la ciencia, a la verdad, y a la razón, virtudes que se practican dentro de las enseñanzas masónicas, y por lo mismo, constituyen la base de todas las materias que nos sirven de guía, para adquirir e inculcar los conocimientos filosóficos, que se ponen de manifiesto en todas las iniciaciones, en los aumentos de salario y en las exaltaciones, que tienen verificativo dentro del simbolismo de los tres grados de la masonería azul, lo que viene a dar origen a las expresiones de que:  se hace la luz, en el preciso momento de proclamar en logia a los iniciados, o de proceder a reconocer a los postulantes que han sido previamente declarados o investidos, como aprendices, compañeros y maestros. procederemos pues, a buscar el origen, la interpretación, el simbolismo, la definición y el significado moral y filosófico de este vocablo, y encontraremos que: la palabra luz, deriva de las voces latinas “lux” o “lucem”, mismas que se refieren a la claridad que ilumina y hace visibles a todas las cosas; es también, la flama que produce cualquiera substancia en combustión; se trata igualmente, del reflejo luminoso que irradian las lámparas, los quinqués, los faroles, los focos eléctricos, las linternas, las velas, las antorchas, los hachones, las teas y en general, todos aquellos aparatos destinados para alumbrar. en el sentido figurado, por luz se entiende todo aquel portavoz que indica o que sirve de guía en cualquier circunstancia, que ilustra, que pone en conocimiento, que educa, que se apega a la verdad, que da la razón, que obra con justicia, y que por lo regular, marca también la forma en que se designa a toda persona capaz de orientar, de dirigir o de conducir a quien o a quienes necesitan adquirir determinadas enseñanzas, o a conocer los mejores y más despejados derroteros, para desarrollar sus actividades; también se le da la denominación de luz, al punto desde el cual se supone que emanan los reflejos que dan el colorido a un cuadro; igualmente se da ese nombre, a los principios, a los preceptos y al criterio en que se basa la razón, la verdad y la justicia; se refiere asimismo, a lo que descubre o inventa la inteligencia, a lo que se adquiere por medio de la ilustración, a lo que se demuestra por medio del talento, y a lo que se imparte, haciendo uso de la cultura natural del individuo. en ocasiones, a la palabra luz, se le agregan algunos adjetivos, mismos que nos permiten distinguir a las diferentes expresiones con que podemos definir las ideas que se manifiestan, según su aplicación y su significado; tales son: la luz natural, que se produce por medio de los fenómenos meteorológicos, como la del sol, la de la luna, la del relámpago, la de las estrellas, la de los fuegos fatuos, etc., la luz artificial, o sea la que se obtiene por medio de la mano del hombre, o a base de mecanismos inventados por èl, como la de un cerillo, la de una vela, la de una lámpara, la de una foga, etc.; la luz elèctrica, que es la que se obtiene haciendo uso de los generadores, que con el frote con los carbones o cepillos, producen la corriente eléctrica; la luz de bengala, que se obtiene por medio de la combustión de las substancias químicas que contiene la pólvora, mismas que le hacen despedir destellos muy vivos de diferentes colores; la luz zodiacal, que se distingue por la claridad amarillenta que se observa durante algunas noches despejadas de invierno, y que ilumina las altas regiones deletéreas de la atmósfera o del infinito; la luz primaria, es la que se recibe en forma directa y en todo su esplendor, por medio de la ignición o de la combustión de cualquier substancia inflamable; la luz secundaria o refleja, es la que se proyecta en forma indirecta, por medio de resplandores o a través de los cuerpos semi-opacos; la luz cenital, es la que se recibe en forma perpendicular, como la del sol a medio día, la de un foco o de una lámpara pendiente del techo, o la que penetra a una habitación por medio de los traga-luces; la luz de luz u oculta, es la que en un salón se recibe por medio del reflejo, que produce la iluminación incrustada en los techos o en los muros; la luz de la razón, se refiere al conocimiento justo que se tiene sobre los casos o las cosas, así como de las causas que las originan, o de la noción que se tiene de los fenómenos naturales, por medio de la investigación, del estudio, del descubrimiento o del raciocinio; la primera luz, indica lo que acontece, lo que debe ejecutarse al amanecer, y se aplica también, al acto de poder comprender las explicaciones o las enseñanzas con suma facilidad; la media luz, es la que se percibe en forma moderada o a la mitad de su intensidad; entre dos luces, se refiere a todos aquellos acontecimientos que pueden suscitarse o acontecer, entre los amaneceres de dos días distintos; es decir, dentro de las veinticuatro horas; a todas luces, indica lo que puede hacerse o ejecutarse a pesar de todas las dificultades o de los impedimentos para lograrlo, o bien, es lo que se lleva a la práctica, cueste lo que cueste. en cambio, por lo que respecta al simbolismo masónico, a la luz se le considera como un factor de vida universal, cuya interpretación está claramente definida, puesto que representa al guía natural del entendimiento humano, ya que por todos conceptos, se le considera también, como emblemática de la inteligencia, de la ilustración y del talento del hombre, como facultades indispensables para lograr el estudio, la comprensión y la interpretación de todas las ciencias y de las artes, que el genio humano está llamado a desarrollar y a fomentar en todas sus ramas, durante sus diferentes actividades, dentro de la vida social. por lo tanto, debemos reconocer que la elevada misión que debe cumplir, quien haya recibido la luz masónica en todo su esplendor, ideales, tomando en cuenta que sus principios y sus máximas, se basan en los más puros sentimientos de humanidad y de altruismo, puesto que su labor social, la viene desarrollando, desde que principio por ser hijo, luego como hombre, después como padre, y finalmente en su calidad de masón consciente de sus responsabilidades y de sus deberes para consigo mismo, para con sus semejantes y para con el ser supremo; factores que indiscutiblemente le conducen hacia una bien definida determinación o sea la que corresponde a su sacrificio moral o material, en cualquier circunstancia que pueda demostrarlo. por otra parte, la luz, hablando en términos materiales, tiene su origen y se produce, por medio de la acción del fuego, y no cabe duda que la palabra fuego, nos indica o nos da la idea de una completa destrucción, de la reacción, de la evolución, de la transformación y de la purificación de todos aquellos elementos orgánicos o inorgánicos, que han pasado bajo su acción directa, circunstancia que les viene originando, un cambio químico radical a consecuencia de tal procedimiento, pero que el resultado final significa nada menos que la renovación de los órganos destruidos o muertos, lo que nos demuestra simbólicamente, que de ahí nace el continuo perfeccionamiento que notamos en los fenómenos naturales, desechando todo lo que el ser ya produjo, o que simplemente no es posible que continúe el sacrificio de un cuerpo agotado; tomando en cuenta que, sus órganos vitales, cumplieron sus funciones de propagación de la especie, y que por lo mismo, no puede dar origen a una degeneración de la especie, cuando sólo se busca la evolución general de la naturaleza. si procedemos a analizar los anteriores razonamientos, llegamos al convencimiento de que las luces que iluminan a la logia en pleno, derraman un cúmulo de enseñanzas simbólicas y emblemáticas, en las que se demuestra evidentemente su finalidad, puesto que así lo definen las materias de estudio de cada cámara, por cuyo motivo, en el lenguaje masónico dichas luces, también reciben la denominación de antorchas o de estrellas. consecuentemente, procederemos a definir, el simbolismo que se atribuye a las luces que iluminan a la logia en su primera cámara, principiando por hacer distinciones; o sean las luces morales o animadas y las luces materiales o inanimadas, cuya interpretación explicamos enseguida, tomando en cuenta que estas dos clasificaciones, son las que definen de manera filosófica, el sentido ético masónico que revelan en su significado, dentro de los estudios de la masonería simbólica en el grado de aprendiz; y así podemos distinguir; en primer lugar, a las luces morales, como representativas de todas las dignidades y oficiales del taller, tomando en cuenta que son quienes dirigen y regulan los trabajos de la logia; y en segundo lugar se entiende que nos referimos a las luces materiales, cuando se trata de la biblia, cuyas páginas contienen un cúmulo inagotable de enseñanzas; de la escuadra que nos proporciona los más vastos conocimientos científicos y del compás, que es el emblema del infinito, en cuyos ámbitos se encierra lo desconocido, además tenemos a la espada flamígera como símbolo del honor y del deber, puesto que nos da las lecciones inalterables comprendidas en la filosofía y en la moral. las luces radiantes o sean las que iluminan la logia durante sus trabajos de la primera cámara, se encuentran distribuidas, dentro del templo simbólico, en la siguiente forma:  sobre la mesa del trono del venerable maestro, formando un triángulo equilátero, nueve luces; en el mismo orden, sobre la mesa del hermano orador, siete luces; sobre la mesa del trono del hermano segundo vigilante, se colocan únicamente tres luces; sobre la mesa del hermano secretario, tres luces, sobre la mesa del hermano tesorero, tres luces; sobre la mesa del hermano hospitalario o limosnero, tres luces; sobre el ara o altar de los juramentos tres luces, una en cada vértice; sobre el triángulo del frontispicio del templo, tres luces, una en cada uno de su ángulos; en el centro de la estrella radiante una luz;  y sobre la mesita que se coloca a la izquierda del hermano segundo vigilante, se observan once luces, lo que da un total de cincuenta y una luces, que iluminan e ilustran a los hermanos en las tres cámaras. ya que hemos conocido la distribución correcta de las luces que iluminan el interior del templo; procederemos a estudiar e investigar, el simbolismo que les corresponde, durante los trabajos de la primera cámara, o sea, la de aprendiz masón, y es, como enseguida se expresa:  de las nueve luces que se ven sobre la mesa del trono del venerable maestro, solamente se encienden tres, las que corresponden a los vértices del triángulo, la primera, representa a la ciencia, cuyos estudios, comprensión y enseñanzas constituyen uno de los principales deberes que ha de cumplir todo buen masón; la segunda, es emblemática de la virtud, como cualidad que debemos demostrar, practicar y difundir entre los hermanos y los profanos, sin ninguna distinción; y la tercera luz, es el símbolo de la verdad, con que debemos conducirnos, para todos nuestros actos, nuestros dichos y nuestras acciones, dentro y fuera de la logia. de las siete luces que se colocan sobre la mesa del hermano orador, únicamente se encienden tres, las que se encuentran también en los vértices del triángulo, la primera, representa a la justicia, que debe impartirse a todo género humano, sin ninguna preferencia de clases, credos, ni de posición social; la segunda luz, es emblemática de la razón, que debe concederse a hermanos y profanos, de conformidad con nuestras máximas, durante nuestra actuación como ciudadanos y como masones; y la tercera, simboliza al orden, con que debe llevarse a cabo, y desarrollarse, todas las actividades y trabajos del taller. de las cinco luces que se observan sobre la mesa del trono del hermano primer vigilante, sólo se encienden tres, o sean las que corresponden a los vértices del triángulo, la primera, es representativa de la constancia, que debemos demostrar durante el desarrollo de los trabajos, de las actividades o de las empresas que llevamos a cabo en forma individual o colectiva entre los masones; la segunda luz, es simbólica del estudio, a que deben dedicarse con ahínco y constantemente los hermanos, para el fin de llegar a adquirir los conocimientos, de efectuar las investigaciones y de lograr los descubrimientos científicos; y la tercera, es emblemática del progreso, que invariablemente deben procurar los masones conscientes de sus deberes, y de las responsabilidades contraídas ante sus hermanos, y que se relacionan con el bienestar general de la sociedad y de la humanidad. las tres luces que se ven sobre la mesa del trono del hermano segundo vigilante, representan la primera a la libertad, o sea el más sagrado de los derechos que debe gozar el hombre de bien, que sabe ser útil a sus semejantes; la segunda luz, es simbólica de la igualdad, que surge como otro de los sublimes derechos, que constituye también a la voluntad, al esfuerzo y a la energía, como mantener la armonía universal; y la tercera luz, es el emblema de la fraternidad, como virtud que debe propagarse entre todo el género humano, y sin distinción de razas, credos ni de rango social, puesto que su benéfica acción, siempre será de efectos netamente humanitarios y de estrecha unión, si se toma en cuenta, que es lo que distingue a los masones entre sí. las tres luces que se distinguen sobre los ángulos del ara o altar de los juramentos, son representativas la primera, de la fuerza, factor vital que debemos cultivar y fomentar en el sentido moral, en el físico y en el intelectual, tomando en consideración que constituye también a la voluntad, al esfuerzo y a la energía, como cualidades que debemos desplegar y aplicar, al ejecutar todas nuestras acciones; la segunda luz, es simbólica de la belleza, como un don que debe mantenerse siempre, puro y sin mancha, con el fin de crear o formar, a las conciencias, a las almas y a los corazones nobles y sanos, en el sentido moral y material; y la tercera luz, es emblemática del candor, que nos indica el verdadero camino de la sencillez de nuestros pensamientos, de nuestras acciones y de nuestros actos, mismos que deben estar basados en la pureza de los sentimientos humanos y en la inocencia adquirida, fuera de toda malicie, o de la maldad que inspira la fragilidad del hombre. las tres luces que se observan sobre la mesa del hermano secretario, representan la primera a la discreción, cualidad que siempre debe demostrar el masón para pensar, para escuchar y para emitir sus opiniones en logia, o bien, cuando se trate de asuntos profanos y que corresponden al fuero interno de la sociedad en general; la segunda luz es simbólica de la pericia, que da origen a la justa y razonable resolución, a todos los problemas que se presentan, así como que permite obrar, a base de un criterio consciente y sano cuando se trata de conceder, y de respetar los derechos ajenos; y la tercera, es el emblema de la experiencia, facultad que tiene su origen en la práctica y en el esfuerzo humanos, puesto que su finalidad, es la de poder desarrollar las labores y las arduas actividades, para evitar en lo posible, caer en los errores, o ir al fracaso, en los dichos, en los hechos o en las empresas. las tres luces que aparecen sobre la mesa del hermano tesorero, son representativas:  la primera, de la economía, que nos indica la conveniencia de observar estrictamente todas aquellas reglas, que facilitan la buena administración del erario, y de acuerdo con las verdaderas exigencias del momento; la segunda luz, simboliza a la seguridad, misma que nos proporciona la forma de iniciar la buena marcha de una sociedad o de una empresa, para normalizar el derrotero justo que debe imprimirse a los negocios, con lo que se puede definir favorablemente el porvenir, tomando en cuenta que todo masón debe procurar desarrollar sus actividades en forma firme y precisa; y la tercera luz, es emblemática de la firmeza, como una cualidad propia del carácter, que da la decisión en los actos, que tienden a realizar las aspiraciones del hombre; puesto que le obliga a aconsejar, a dirigir y a conducir, por la senda del progreso a todos sus hermanos, con la seguridad de obtener el triunfo. las tres luces que se colocan sobre la mesa del hermano hospitalario, representan la primera a la filantropía, virtud masónica que debe practicarse y propagarse, sin distinción de razas ni de clases sociales; la segunda luz, es simbólica de la caridad, como otra de las virtudes, que por ningún motivo debe dejarse de ejercer, entre propios y extraños y sin ningún interés particular; y la tercera, es emblemática de la nobleza, que debe llevarse hasta la conciencia de nuestros hermanos, como un sentimiento de humanidad, que debe ser impartido en cualquier circunstancia y en todo momento, sin más interés, que buscar el beneficio de nuestros semejantes, por humilde que sea su condición social. hasta aquí, hemos llegado a conocer lo que significan en el sentido simbólico, las luces que iluminan las mesas de los tronos de las dignidades y oficiales del taller, durante sus trabajos de la primera cámara, así como el de las que se colocan sobre el ara o altar de los juramentos, ahora nos corresponde investigar, el simbolismo de las demás luces, que lanzan sus resplandores en el interior del templo, y desde luego fijaremos nuestra atención en: las once luces que se observan sobre la mesita que se encuentra a la izquierda del trono del hermano segunda vigilante, mismas que representa a los once agentes fundamentales que rigen a la naturaleza, y por su simbolismo, se dividen en elementos materiales, inmateriales y espirituales, los que procedemos a enumerar como sigue:  la primera luz, representa al sol, la segunda al germen, la tercera al nacimiento, la cuarta a la vida, la quinta a la muerte, la sexta al alma, la séptima al espíritu, la octava a la tierra, la novena al agua, la décima al fuego  y la onceava al aire, todos estos factores naturales tienen una explicación científica, otra moral y otra filosófica.  Mismas que sirven de temas para los estudios de las diferentes cámaras, como podremos confirmarlo más adelante. también tenemos a las luces que se distinguen sobre los vértices del triángulo del frontispicio del templo, mismas que representan a las fuerzas ocultas, o sean al infinito, al misterio y al porvenir, como factores que nos preocupan por lo incomprensible y lo abstracto de su estudio, pero que se explican porque encierran verdad ante nuestra conciencia, toda vez que se refieren al mundo de lo desconocido y al de las enseñanzas ocultas, sin embargo, las investigaciones nos proporcionan infinidad de conocimientos, que se refieren al esoterismo masónico, dentro de cuyas materias conoceremos algunos conceptos sobre la vida de ultratumba. En consecuencia, la luz que se observa dentro de la estrella radiante, es emblemática de la unidad hombre, como un ser racional, dotado de inteligencia, que piensa que razona y que ejecuta, que sabe que existe, que vive y que muere, después de haber propagado su especie dentro de la evolución del género humano. en resumen, hemos llegado a la conclusión de que el venerable maestro y los dos vigilantes, representan a las tres luces morales o animadas, y por lo mismo, científicamente se les considera como emblemáticos, el primero, de la ciencia, el segundo, de la constancia y el tercero de la libertad, puesto que su delicada misión, se determina por medio del simbolismo que encierran sus enseñanzas y sus innegables conocimientos, en que se inspiran los temas científicos, morales y filosóficos que se imparten en la primera cámara. por lo que respecta a las cuatro luces materiales o inanimadas, que en este caso se encuentran colocadas sobre el ara, son nada menos que la biblia, que representa a la ley, el compás, como simbólico de la naturaleza, a la escuadra, como emblemática de la energía, y a la espada, como el símbolo del honor, razón por medio de la cual, existe la convicción de que todos aquellos conocimientos que por su propia naturaleza debemos estudiar, investigar o descubrir, en beneficio de nuestros semejantes. en consecuencia, todos los razonamientos que hemos venido emitiendo o señalando hasta aquí; y que están firmemente ligados con la filosofía del grado, se encuentran comprendidos dentro del simbolismo de las luces animadas, inanimadas y radiantes que ilustran a la logia en su primera cámara, puesto que es innegable que nos han proporcionado, en forma evidente, una demostración científica, filosófica y moral de lo que es el estudio de las materias que corresponde aprender al iniciado, por lo tanto, para nosotros los masones tiene también por objeto, saber distinguir y determinar en todos sentidos, a la labor que debemos desarrollar en lo sucesivo, en forma justa y equitativa. al mismo tiempo hemos logrado demostrar palpablemente, que cada signo, cada alegoría, cada símbolo, cada objeto y cada figura de que nos servimos, para iniciar nuestros trabajos en logia abierta, nos proporcionan torrentes de enseñanzas y de conocimientos, tomando en consideración que cada uno de esos útiles, nos dan las más variadas ideas, para proceder a desarrollar nuestras labores, en el sentido moral, en el filosófico y en el científico. sólo nos resta investigar, algo sobre la interpretación esotérica del simbolismo de la luz, circunstancia que nos obliga a hablar en términos generales, para poder definir que la luz, viene de la combustión, misma que da origen al fuego, el que indudablemente produce al calor, o lo que es lo mismo, explicando en otras palabras, que la combustión mantiene el fuego, y éste se convierte en luz y en calor, consecuentemente, no cabe duda, que gran parte de las substancias, materias y gérmenes de que se compone la naturaleza, la que por ese medio, y bajo la acción directa del fuego, se transforman y desaparecen químicamente, para después adquirir nueva forma y vida, lo que se logra a través de los fenómenos de la germinación y sus virus vivificantes, que existen entre los demás elementos de la naturaleza, unidos a la luz y al calor, como agentes renovadores de todo lo que existe. al mismo tiempo, la combustión, el fuego, la luz y el calor, se convierten en factores indispensables y de vitales funciones, para lograr la constante evolución de la materia y de todas las cosas materiales, pero que a la vez, son agentes que también le sirven, como elementos de destrucción a la naturaleza, fenómeno que irremisiblemente, trae como consecuencia lógica, la renovación, de todo aquello que aparentemente desaparece, pero que en realidad, constituye la iniciación o el origen de una nueva vida;  por ese motivo, en términos figurados, hemos comparado a la luz con la ciencia, con la verdad y con la razón. No cabe duda entonces, que la interpretación y el simbolismo, que se les atribuye a las luces de la logia en su primera cámara, manifiestan un vasto campo de enseñanzas, mismas que real y positivamente se demuestran, al estudiar o investigar los encumbrados principios masónicos, comprendidos dentro de la filosofía moral, cuyo tema es de la competencia de nuestros hermanos aprendices, en su simbolismo y en su interpretación. sin embargo, existen otros conceptos mucho más elevados en la materia, acerca de la interpretación esotérica de las luces que iluminan a la logia, los que irremisiblemente iremos conociendo, a medida que vayamos escalando, los peldaños de los diferentes grados de la masonería azul. Mientras tanto, justo es que procedamos a demostrar, que nosotros los masones, no perdemos el tiempo en el estudio o en la invención de falsos sofismas, puesto que nuestra verdadera misión, siempre consistirá en llegar hasta el sacrificio moral y material, si así se hace necesario, para lograr el cumplimiento de nuestros deberes. 


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