Jan Van Rijckenborgh comenta con magistral sabiduría la primera línea de
este texto inmortal: La Tabla de Esmeralda, punto de partida de la filosofía
hermética y de la sabiduría de la Gnosis original.
Es verdad.
Es cierto. Es toda la verdad.
Lo que está
abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba como lo que está abajo, a
fin de que los milagros del Único se realicen.
De la misma
manera que todo fue engendrado del Único por un solo intermediario, de la misma
manera todo ha nacido del Único por transmisión.
El sol es el
padre, la luna es la madre, el aire lo ha llevado en su seno, la tierra es su
nodriza.
El Padre de
todos los talismanes del mundo es omnipresente.
Su fuerza,
cuando es utilizada en la tierra, permanece inmaculada.
Separad, con
amor, gran comprensión y sabiduría, el fuego de la tierra, lo sutil de lo que
es duro, denso y sólido.
De la tierra
sube al cielo, después desciende a la tierra, tomando en si mismo la fuerza de
lo alto y de lo bajo.
Así
poseeréis la gloria del mundo entero, de manera que todas las tinieblas se
separan de vosotros.
Ella es la poderosa fuerza de las fuerzas,
pues ella triunfará sobre toda cosa sutil y penetrará toda cosa densa.
Así fue
creado el mundo. De él, y de la misma manera, nacerán creaciones maravillosas.
Se me ha
dado el nombre de Hermes el Tres Veces Grande porque poseo los tres
aspectos de
la sabiduría del mundo entero.
Lo que he
dicho de la preparación del oro, la actividad del sol espiritual, se ha
cumplido.
“Os presentamos
aquí un testimonio de los antiguos, conocido con el nombre de Tabula
Smaragdina, la Tabla de Esmeralda. Circulan leyendas con respecto a esta Tabla
de Esmeralda que quizás conocéis. La Tabla de la que se trata aquí es una
piedra tumbal cubierta de inscripciones que encierran la sabiduría transmitida
de los antiguos. Esta sabiduría original fue grabada en la piedra. Bajo esta
piedra, se encontró el cuerpo intacto de Hermes Trismegistos.
Esto nos
hace pensar inmediatamente en el Templo funerario de Cristian Rosacruz. Una
placa de bronce, también cubierta de formulas de la sabiduría universal,
cerraba esta tumba bajo la que se encontró, en perfecta analogía con el relato
concerniente a la Tabla Esmeralda, el cuerpo intacto de nuestro Padre y Hermano
C.R.C., con gran solemnidad.
Jan Valentín
Andreae y los suyos no fueron pues innovadores al componer la Fama
Fraternitatis. No podían serlo puesto que la Llamada de la Fraternidad es
siempre la misma a través de los siglos, y debe serlo, pues enuncia cada vez la
sabiduría de la Gnosis original.
Lo que
sorprende directamente en el testimonio de los antiguos en el que ahora nos
detenemos, es de que aquí se trata de una Tabla de esmeralda. Una esmeralda es
una piedra preciosa de un verde extraordinario. Al igual que los metales, las
piedras preciosas tienen la propiedad de captar, de retener y de reflejar las
vibraciones y las radiaciones. Cada piedra y cada metal están polarizados por
una vibración particular. Cada metal y cada clase de piedra tienen un carácter
totalmente propio, una propiedad específica. Por ello, en el ocultismo por
ejemplo, la ciencia de los metales, de las piedras y de los colores es
frecuentemente aplicada para favorecer el efecto de ciertas radiaciones y para
combatir a otras.
La Biblia,
también, hace frecuente alusión a las piedras preciosas. Pensar en la ciudad
llamada la Nueva Jerusalén en el Apocalipsis. Se dice que sus doce puertas
están ornamentadas con piedras preciosas excepcionales; esto para hacer
comprender que todas las radiaciones saludables, luminosas y dispensadoras de
fuerza, entran por estas doce puertas, de tal modo que la ciudad ya no tiene
necesidad de la luz del sol y de la luna dialécticas.
El color, la
fuerza, la radiación que designa la palabra <<esmeralda>> indican
la base, el comienzo, el fundamento absoluto sin el cual nada puede ser
emprendido. Así la Tabula Smaragdina es el punto de partida de la filosofía
hermética. Sin esta llave, es imposible comprender la sabiduría de la Gnosis
original. Esto es lo que explican los filósofos herméticos de antaño por la
expresión Tabla de Esmeralda.
La Tabla de
Esmeralda, la piedra tombal bajo la que yace el cuerpo noble e intacto de
Hermes Trismegistos, comienza por las palabras: <<Es verdad. Es cierto.
Es toda la verdad.>> Triple confirmación de las formulas de sabiduría que
menciona la piedra sagrada.
Si
consideramos superficialmente este comienzo, nos parece un poco redundante y
totalmente en desacuerdo con una sobriedad objetiva. ¿No podía contentarse el
autor diciendo: <<El contenido concuerda absolutamente con la
verdad>>? No, ¡no podía! Pues esta triple confirmación se refiere a una
formula mágica de un contenido muy profundo.
El primer
versículo dice que la verdad de la que testimonia la Tabla de esmeralda es, en
la personalidad y el sistema microcósmico del candidato, enteramente confirmada
por la experiencia. Cuando el discípulo de Hermes dice: <<Es
verdad>>, quiere decir otra cosa totalmente diferente al hombre
dialéctico. El discípulo de Hermes no habla y no testimonia de la verdad más
que cuando ha recorrido el camino y experimentado los valores de los que es
cuestión/de los que se trata. Podéis tener fe y confianza en la precisión del
testimonio de este hombre que se ha vuelto mago; y os daréis cuenta que, cuando
hayáis recorrido el camino de la experiencia, diréis con la misma certeza
exaltada: Es verdad.
La verdad no
tiene valor, solo es verdad para vosotros si la habéis experimentado vosotros
mismos, si la vivís directamente. ¿Qué os aportaría una verdad que no siguierais,
que no vivierais?. La verdad en sí misma no libera a nadie sino que juzga; lo
que quiere decir que un hombre que trata de recorrer un camino personal entra
en conflicto con la verdad. Pero desde que se esfuerza en aproximarse a ella,
en vivificarla y afirmarla por su propio comportamiento, se libera del juicio.
Por ello el hombre del Antiguo Testamento tiene toda la razón en temerla y
temblar ante sus juicios, mientras que el hombre del Nuevo Testamento, que la
realizará, la amará por encima de todo.
La segunda
afirmación: <<Es cierto>> significa que la verdad es/está en la
medida de la experiencia individual; no puede como tal ir más allá. En
consecuencia, toda especulación filosófica nos aleja de la verdad. No ignoráis
que la filosofía dialéctica es casi enteramente especulativa, tal como lo ha
demostrado ya tan frecuentemente la Escuela Espiritual. Esta es la razón por la
cual existen tantos sistemas filosóficos que se contradicen mutuamente. Son
frecuentemente la prueba de deducciones elevadas, de una necesidad infinita de
verdad, pero están muy, muy alejadas de la verdad misma.
La verdad de
la que testimonia el discípulo de Hermes es, primeramente, experimentada;
segundo ella está desprovista de todo elemento especulativo; tercero debe ser
toda la verdad.
Solo cuando
es toda la verdad es liberadora. <<El hombre ordinario de este mundo dice
frecuentemente: “Lo que es verdad para vosotros no es necesariamente verdad
para mi”>> En efecto existen una infinidad de pretendidas verdades
contradictorias que se atropellan para prevalecer en el mundo. Dicho de otra
manera, el hombre natural, luchando en su aislamiento, sigue frecuentemente un
camino necesario y verdadero para él, pero absolutamente inútil e incluso
perjudicial para otro. Mientras que la verdad entera, en el sentido hermético,
está destinada a toda la humanidad, es válida para todos y concierne a todos.
Por ello,
desde las primeras líneas, la Tabla de Esmeralda nos dice: no hablamos de una
verdad válida para tal o cual individuo en un momento dado, en tanto que
episodio de la historia de su vida, sino de una verdad que debe ser
experimentada, que de ninguna manera es especulativa, de una verdad plena y
total, es decir destinada al conjunto de los hombres. Es esta triple verdad,
entera e inatacable la que contiene la Tabla de Esmeralda.”
LA GNOSIS
ORIGINAL EGIPCIA Y SU LLAMADA EN EL PRESENTE ETERNO, J. VAN
RIJCKENBORGH, TOMO PRIMERO, PÁGINAS 10 – 14.
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