Si nos ponemos a meditar sobre lo que son o pueden ser nuestras actividades, dentro y fuera del seno de la sociedad, se nos viene a la memoria, la idea de que se hace absolutamente necesario, acudir a los
Aparatos o instrumentos de trabajo, sea cual fuere el género de vida a que se dedique el hombre, para conseguir labrar su porvenir. En esta Noche, únicamente vamos a describir uno de los tantos instrumentos Masónicos de trabajo. El Compás.
En efecto, la palabra compás es propia de la lengua castellana y se deriva de "compasar", voz que se considera como el acto que se ejecuta, por medio de un instrumento formado por dos piernas o ramas articuladas de distinta estructura, que sirve para medir distancias en tramos, trazar circunferencias, calcular dimensiones, establecer proporciones, etc., por tal motivo, la ciencia nos describe a nueve tipos de compases, mismos que reciben su nombre, según el objeto para el cual se les destina; y así tenemos al número 1 -compás de puntas, como su nombre lo indica, sus dos piernas terminan en punta, y sirve para tomar dimensiones y marcar distancias; el 2 -compás para puntillas o gráficos, que lleva en sus ramas los soportes para fijar la puntilla o el gráfico, según se desee, y se utiliza para trazar las circunferencias a lápiz o tinta; el 3 -compás de cuadrante, que ostenta un sector de arco en una se sus ramas, y como su nombre lo indica, se emplea para medir la abertura o graduación de los cuadrantes en los círculos; el 4 - compás de proporción o reducción, es el que consta de un eje movible, que une sus dos ramas acanaladas, a las que aumenta o reduce sus dimensiones, y sirve para tomar, por uno de sus extremos, las proporciones, y por el otro determinar la correspondiente reducción; el 5 -compás de espesores, que está constituido por dos brazos rectos, y a continuación dos ramas curvas hacia adentro, con un sector de cuadrante en la unión de uno de sus brazos con su rama, y se usa para determinar el área respectiva de las superficies curvas, o sea, el espesor de los cuerpos; el 6 compás de corredera, consta de una regla graduada en forma de escuadra, con un brazo corredizo ajustable, que sirve para medir o trazar los espacios entre dos o más líneas paralelas; el 7 compás de precisión, está formado por dos brazos o reglas planas graduadas, y se emplea para marcar las distancias y la graduación de los círculos concéntricos; el 8 -compás de calibre exterior, lo constituyen dos piernas articuladas curvas hacia adentro, y sirve para medir las dimensiones exteriores de los proyectiles o de cualquier otro cuerpo cilíndrico; y por último, tenemos el 9 -compás de calibre interior, que también está constituido por dos ramas curvas hacia fuera, y se usa para medir el calibre o diámetro interior de los cañones, o de las tuberías.
Pero hoy vamos a referirnos únicamente, al primero de ellos, o sea al compás de puntas, por ser al que se le considera como un verdadero símbolo masónico. En consecuencia como ya dijimos que este instrumento consta de dos piernas o ramas articuladas, ambas son de forma netamente triangular hasta terminar o rematar en puntas, y su articulación, o sea la cabeza del compás es de forma circular, en el orden profano, sirve para medir distancias en tramos, tomar dimensiones o proporciones y también para trazar la más perfecta de las figuras geométricas, es decir, a la circunferencia que limita al círculo. Consecuentemente, si el triángulo es la primera de las superficies geométricas, el círculo la más perfecta de las figuras.
Por tal motivo, el compás en el orden masónico, es uno de los simbolismos más usuales que se conocen, de ahí también que se le toma como el signo representativo de la lógica, o sea la base en que se apoya la ley de la razón, como factor emblemático por cuyo medio, se debe aquilatar todos los actos y las acciones de los hombres. Así como sus conceptos espirituales y sus valores morales, puedan convertirse en imperecederos; en consecuencia, el compás es el instrumento que nos sirve para marcar el límite de nuestros derechos, porque es nuestro deber, no invadir los que corresponden a nuestros semejantes, por ese motivo, vemos que juntamente con la escuadra y la Biblia , forma otro de los emblemas más preciados, que se colocan sobre el altar, para que como guías de orientación, puedan presidir nuestros trabajos en cualquiera de las cámaras de las logias.
Por otra parte, la ética masónica considera al compás, como un verdadero instrumento alegórico del trabajo intelectual, también dicho instrumento, es emblemático de la virtud, porque con sus enseñanzas morales perfecciona nuestra conducta, alienta a nuestro espíritu, fortalece a nuestro entendimiento y cultiva a nuestra inteligencia.
Ahora bien, el simbolismo moral que en el sentido de la palabra se le atribuye al compás, por lo que se refiere a las enseñanzas que corresponden al primer grado, consisten en que cada una de sus medidas, corresponden a los pasos que marcamos por la senda del deber, circunscribe también, de una manera autentica y positiva, a los deberes para consigo mismo, ya que también por sí sola siempre representará a la única guía, que nos conducirá con felicidad, por la escabrosa ruta de la perfección material, intelectual y espiritual.
Por eso el círculo que nos traza el compás, también nos limita la capacidad de nuestros esfuerzos, así como nos marca los extremos hasta donde pueden llegar nuestros deberes.
Por otra parte, tenemos a la interpretación astronómica del compás, la que se refiere a la estructura geométrica del mismo, y consiste en que sus tres extremidades, o sean, la cabeza y las dos puntas en que rematan sus ramas, son alegóricas de las tres posiciones culminantes, que se definen en logia, como partes del recorrido que en apariencia ejecuta el sol, al marcar la inclinación de sus rayos, de conformidad con la posición que va adquiriendo, en relación a la superficie de la tierra; por lo tanto, vemos claramente que la referida cabeza del compás, representa al cenit, como punto máximo desde en donde el astro rey ilumina perpendicularmente y en todo su esplendor al mundo, y las dos puntas o extremos de sus ramas, una se inclina hacia el oriente, como punto en donde nace el nuevo día, y la otra hacia el occidente, o sea el ocaso, como punto en que termina el sol su recorrido, para dar fin al día, o sea el momento en que principia la noche con sus tinieblas impenetrables; en consecuencia, los tres extremos del compás marcan también, de una manera terminante, a los tres puntos cardinales, que en logia se distinguen como lo sitiales en que se colocan las dignidades que presiden sus trabajos, de acuerdo con las horas en que el día permite desarrollar las actividades humanas en beneficio de todas sus generaciones.
Para terminar sólo nos resta definir, que el compás con sus ramas abiertas o desplegadas, simboliza al trabajo material e intelectual del hombre, y en general a todo aquello que significa movimiento progresista, ocupaciones cotidianas, o exposición de ideas que llevan por objeto instruir a la humanidad.
Esta es la razón esencial por la que el compás permanece sobre la escuadra y la Biblia , con sus dos ramas abiertas, mientras se llevan a cabo los trabajos regulares de las logias, en cualquiera de sus cámaras. Por otra parte, el compás con sus ramas cerradas o plegadas, es representativo del descanso, del reposo, de la tranquilidad, de la quietud, de la calma, de la inmovilidad, y en general de todo aquello que se considera como una inactividad o sosiego absoluto; por tal motivo, en cuanto la logia clausura sus trabajos de sus distintas cámaras, el compás debe permanecer con sus dos ramas plegadas, juntamente con la Biblia cerrada y la escuadra sobre el ara.
Trate de hacer una síntesis, conforme a mis conocimientos e investigaciones, de las enseñanzas simbólicas que contiene el compás, como instrumento de trabajo en el orden masónico; conocimientos que considero, nunca deberán olvidar los aprendices, los compañeros y los maestros.
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